Resumen
El ambiente al que los animales tienen que enfrentarse es una combinación de factores naturales. Cambios extremos en estos factores pueden alterar la homeostasis y conducir al estrés térmico. Este puede resultar tanto de temperaturas altas como de temperaturas bajas. Cuando se somete a los animales a estrés térmico, se activan mecanismos fisiológicos que pueden incluir respuestas endocrinas, neuroendocrinas y de comportamiento. Los mecanismos desarrollados a través de la evolución para que los animales se adapten a temperaturas ambientales altas y alcancen termotolerancia incluyen cambios fisiológicos y físicos, a fin de reducir la ingesta de alimentos y la producción del calor metabólico de aumentar el área superficial de la piel para disipar el calor de aumentar el flujo de sangre para llevar el calor del núcleo del cuerpo a la piel y las extremidades para disipar el calor, o de aumentar el número y la actividad de las glándulas sudoríparas, el jadeo, la ingesta de agua y la adaptación del color del sistema de tegumento para reflejar el calor. La exposición crónica al estrés térmico puede causar enfermedad, reducir el crecimiento, disminuir el rendimiento productivo y reproductivo y, en casos extremos, llevar a la muerte. El objetivo de este trabajo es explicar las respuestas físicas y fisiológicas de los mamíferos al estrés térmico, como una herramienta para la adaptación al entorno biológico, haciendo hincapié en las lagunas de nuestro conocimiento y ofreciendo algunas recomendaciones para controlar el estrés en el sistema de producción animal.