Resumen
El primer paso de la infección es la adhesión de los organismos patógenos a las células blanco. Esta característica les permite no solo penetrar y desplegar las estrategias ofensivas para iniciar la colonización, sino contribuir a la protección y el resguardo de estos a los mecanismos de defensa tanto inmunológicos como mecánicos del hospedero. Este proceso se lleva a cabo en gran medida por la interacción de lectinas, que son proteínas de origen no inmune con la capacidad de reconocer y aglutinar carbohidratos. Este mecanismo ha sido reportado para muchos microorganismos como virus y bacterias. En el caso particular de la Pasteurella multocida, que es una bacteria gramnegativa, patógena oportunista, que inicia la infección en el epitelio respiratorio de muchos animales, se han descrito sobre su superficie sustancias lectinas como la fimbria tipo IV y carbohidratos como el lipopolisacárido o la cápsula que reconocen carbohidratos y lectinas, respectivamente, sobre la superficie de las células epiteliales del tubo respiratorio, circunstancia que le permite adherirse y resguardarse del efecto mucociliar. Debido a que para la gran mayoría de estos microorganismos —incluida P. multocida— es evidente la disminución de la susceptibilidad a los antibacterianos y a la efectividad de las vacunas, se han buscado nuevas tácticas terapéuticas y profilácticas con el fin de interrumpir la infección de los patógenos por medio del bloqueo por competencia de la unión carbohidratos-lectina, donde se ve disminuida la unión del microorganismo al tejido y, por consiguiente, la infección.